EL AMOR SE ACABA ….. PERO LA HIPOTECA CONTINUA !!!

By Mercè Graells

No se trata sólo de una frase, sino de una realidad que afecta a muchas personas.

 

Es un hecho que el amor une a las personas sin que se pueda poner límite al tiempo y, en la mayoría de los casos, la tendencia es a proyectar un futuro largo y feliz. En muchos casos es así, pero en otros, el futuro es una utopía y ese amor eterno tiene fecha de caducidad.

 

Otro tema es la hipoteca, esta obligación con una entidad bancaria que ni nos quiere ni pretende entender nuestros problemas.   

La unión con el banco es más fuerte que la del matrimonio o de la pareja; nos hemos asociado con alguien que, en un primer momento, nos hizo felices prestándonos dinero a un módico precio con sólo aportar nuestras nóminas o declaraciones de renta y, cuando necesitamos de su comprensión para modificar dicha hipoteca y ponerla a nombre de un solo titular, nos dice que sigamos juntos porque no quiere perder la posibilidad de poder cobrar de uno o de otro.

 

En caso de que una persona sea titular de una hipoteca, no podrá acceder a ningún otro crédito hasta que no se cancele y ello es una limitación realmente importante, por lo que es conveniente y muy aconsejable, cuando se confecciona un Convenio Regulador de divorcio o cese de convivencia de una pareja de hecho, dejar constancia del destino de la propiedad común y de la carga hipotecaria que pesa sobre el bien inmueble.

 

Los copropietarios que están sujetos a una hipoteca deben ser muy conscientes que su obligación de pago no se limita a la mitad de la cantidad que consta en el contrato hipotecario, sino que, cada uno de los titulares del crédito es deudor del cien por cien de la cantidad debida a la entidad bancaria.

 

En la mayoría de los casos, la solución es reflejar en el Convenio Regulador que se adjudica el inmueble a uno de los copropietarios y se disuelve la comunidad, comprometiéndose el adquirente al pago de la totalidad de la cuota hipotecaria, pero ello no significa que exista un acuerdo con el banco, ni tiene valor ante el impago de las cuotas. Es muy importante conocer esta situación para valorar si no es más conveniente poner a la venta el inmueble y cancelar la carga hipotecaria. Con ello se logra que cada uno inicie un nuevo camino sin cargas que le persigan durante años.

 

Cuando se está inmerso en un conflicto de estas características en que los sentimientos, de todo tipo, afloran y condicionan las decisiones a tomar, es muy importante tener un abogado para cada una de las partes por dos razones: la primera es que, al tratarse de un problema tan personal, es difícil exponerlo en abierto con la otra parte y, la segunda, es que el letrado que  se encarga del tema, representando a ambas partes, no podrá después involucrarse en las incidencias que deriven del procedimiento que ha sido común.

Esperamos que este artículo os haya servido de ayuda y quedamos a vuestra disposición para cualquier duda o inquietud que tengáis sobre esta o cualquier otra cuestión legal. Estaremos encantados de atenderte en una primera consulta sin coste ni compromiso.

 

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